Bienvenido loco hidalgo

                                                         El Quijote de Antonio Saura

indexQuizás como una profunda metáfora, tuvo que ser una torre desde donde Quevedo nos legara el más bello poema dedicado a los libros que ha llegado hasta nuestros días. En esa dimensión y en esa distancia, nuestro poeta nos dice que, «si no siempre entendidos, siempre abiertos», él escucha con sus ojos el mensaje de otras «grandes almas» que permanecen gracias a la «docta emprenta».

Vamos a disfrutar el año próximo del año del Libro y la Lectura, pues estas son las iniciativas institucionales que estimulan, enriquecen y, en definitiva, cualifican a los dirigentes, quienes por este camino, y lejos de las suspicacias especulativas o los cuestionados proyectos, alcanzan el aplauso y la aceptación de sus pueblos.

¡Qué higiénico será comprobar también cómo se apagan los televisores llevándose al estercolero de las vergüenzas los denigrantes programas que ensucian el salón de la casa! ¡Y qué emocionante el regreso a ese paciente y cálido amigo que nos está esperando, ahí, en el estante de la biblioteca que, tal vez, hayamos descuidado en el tiempo!

el año del libro (3)

Serán los cuatrocientos años de la primera edición del Quijote, precisamente, la válida excusa para reivindicar la vigencia del libro desde el libro mismo, porque él, como afirmara Jorge Luis Borges, es «la extensión de la memoria y de la imaginación».

Hay que conseguir que esta promoción del Ayuntamiento de Barcelona se convierta en el instrumento de una permanente recuperación de la práctica de la lectura, entendiendo, por ejemplo, que no hay libro sin lector y no hay páginas con sus contenidos si no son abiertas a las miradas.

Hay que establecer cierta armonía entre tanto desarrollo tecnológico (nos referimos a internet en este caso) y ese mundo de fantasía, de leyendas, de rimas y de tanta humanidad que vive apretado entre la portada y la espera hasta ser leído.

El libro no compite contra nada, sino que se deja llevar por su propio valor y su leal presencia. Pensamos que, tal vez, al calor de esta idea, muchos jóvenes iniciarán -así lo deseamos- el placer de la lectura, pues ella es placer o no es lectura.

Bienvenido, pues, este regreso del Quijote a Barcelona, con su cansado caballo y su tierno y pícaro escudero. Compartamos con ellos el mágico viaje hacia los libros que es también un viaje hacia la libertad y a la dignidad humana.

La Vanguardia 08/11/2004

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Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.

Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.

En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.

Francisco de Quevedo

 

 

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