Al poco tiempo de instalarme en la Rambla de Barcelona con mis libros, se fueron acercando algunos amigos con los que compartíamos el gusto por el ajedrez. Y así, poco a poco, alrededor de aquel atrevido tenderete, nacieron grandes y modestas partidas observadas siempre, por ojos expertos y severos, o simplemente, curiosos. Estos grupos que rodearon una mesa con libros, se convirtieron, también, en una escena típica del paseo. En homenaje a aquellos jugadores y con el fin de mantener el espíritu de competición y fraternidad que los caracterizó siempre, quise incorporar a todas las Fiestas de la Poesía nuestros torneos populares y participativos.
dibujo de Pierino
Algunas imágenes que rescatamos del ayer y en el que podemos ver jugadores de diferentes edades y hasta la participión de algunas de las famosas estatuas vivientes de la Rambla, tomando, en algunos casos, la figura de grandes líderes revolucionarias.
Distintos momentos de las entregas de premios a los jugadores