Amadeo Carrizo

AMADEO CARRIZO ATAJANDO 1En una soleada tarde del 14 de diciembre de 2001 se inauguraba una coqueta panadería en el barrio porteño de Belgrano, bajo un sugestivo nombre: “Papá Amadeo”. La dueña del local es la hija de Amadeo Raúl Carrizo, un auténtico ídolo y el mejor arquero –portero- de todos los tiempos del fútbol argentino.

Mientras iban y venían congratulaciones y deseos de buenos negocios, conversamos con el crack de aquellos viejos e inolvidables tiempos de oro de las canchas.

“Papá Amadeo” nos cuenta que toda su carrera en Argentina la hizo con el club River Plate y su debut en primer división fue aquél 6 de mayo de 1945, (River ganó 2 a 1 a Independiente) Su último partido bajo los palos fue el 22 de diciembre de 1968, empatando con Vélez Sarfield 1 a 1.

¿Cuántos partidos jugaste, entonces?

Entré a jugar con 19 años. En total jugué 521 partidos y me retiré con 42 y 6 títulos con River. Llegué a tener la valla invicta durante 769 minutos.

(El arquero nos recuerda jugadores como Bernabé Ferreyera, al que llamaban “el mortero de Rufino” por su potencia. Y lo hace con orgullo porque él también nació en esa ciudad santafecina. “A nuestras casas las separan las vías del ferrocarril. Yo vivía al norte del pueblo con calles de tierra y Bernabé, más ´bacán´, vivía en una calle asfaltada. A Bernabé no había arquero que se le resistiera. Pateaba como un burro”.)

Fútbol… crack ¿qué es todo esto?

La cantidad de crack que había antes era inmensa. Hoy no hay tantos. En un equipo, por ejemplo, tenías diez buenos, pero muy buenos, y uno regular. Ahora lo tenés al revés: uno o dos son buenos, y el resto…

Sin embargo, pongamos, Brasil por ejemplo.

En Brasil el fútbol disminuyó bastante en calidad cuando se terminó la era de Pelé, Garrincha y los otros. Como la época de aquél Real Madrid, que era una máquina y no perdía nunca. Aunque nosotros en el 52, cuando fuimos a España, le ganamos 4 a 3 y eso que allí jugaban Molowny y Muñoz. Atajé una barbaridad los balazos de Puskas. Creo, honestamente, que se acabó una época.

¿Por qué?

Porque hoy lo desorientan al jugador. Lo perjudica la rigurosidad de los técnicos que le cambian la naturalidad al futbolista. Muchas veces escucho quejas porque el técnico los hace jugar de una manera y ellos dicen que así no rinden. Esto hace que no salgan hoy jugadores como Di Stéfano, Gento, etc. Se reemplazó la calidad por la fuerza técnica. Sin embargo sigue habiendo buenos jugadores, pero un crack no se fabrica, sale. Un gran jugador deja fuera de acción el estado atlético del adversario. Lamentablemente la juventud de hoy, los que tienen, por ejemplo, 30 años no han visto jugar a los últimos grandes. Antes, el hincha iba también a ver jugar. hoy va a ver los colores, hoy le atraen los colores.

¿A vos, quién te enseñó?

Lo mío fue técnica propia. nadie me enseñó. Me hubiera sentido incómodo si me hubieran enseñado. Yo nací arquero. A los siete años ya atajaba.

¿Dura la pelota, Amadeo?

Cuando vine a la 4ª de River, ya se jugaba con la super ball.

Entonces, ¿aquella vieja pelota de tiento..?

Yo investigué hasta qué año se jugó con la de tiento y supe que fue hasta 1937, luego vino la nueva.

¿Cómo era el fútbol de tu tiempo?

En los años 50 y 60 se llegaba mucho más al arco. Los arqueros estaban mas propensos a ser goleados, y el fútbol entonces, por lógica, era mas emocionante. Ahora se juega con un solo delantero a veces y rara vez hay goleada. Un equipo chico, si va el el cero acero en el primer tiempo, ya es posible que empate. Sólo se gana, a veces, si se hacen dos goles de entrada. Pero en definitiva, nunca hubo arqueros invulnerables.

AMADEO CARRIZO.AJANDO 2¿Qué se siente cuándo te hacen un gol?

Cuando me preguntan si vi algún bonito, tengo que decirte que yo nunca vi un gol bonito. Todos los goles que te marcan son feos. Y además, tenés, incluso, los goles en contra. Cuando pasa esto tenés ganas de putearlo a tu compañero, pero luego se te pasa. Siempre que me hacían un gol yo sufría por el hincha. Porque ellos atajaban conmigo.

¿Cómo se ve un penal desde el arco?

En el penal hay que aprovechar, algo, la intención del adversario, que casi nunca será patear al medio.

Entonces ¿vos te tirás al costado donde iba a ir la pelota?

¡No! El arquero no mira la pelota, se tirara para un lado, y por ahí la acertó. Y atajó el penal. Pero si tiran alto, a 40 cm. debajo del travesaño, o a la rastra, doblando bien el empeine, no se ataja. El arquero se va achicando a un costado, se agazapa. Passarella los tiraba bien.

¿Y un gol olímpico?

Nunca me hicieron un gol olímpico. Yo ponía un hombre en el primer palo. La técnica es importante. Te hacen un gol de túnel a los arqueros que salen arrodillados, no a los que salen con el cuerpo, viendo bien el remate.

¡Qué servidumbre la del arquero!

Es verdad. Al arquero se le cuentan mas los golpes que le hacen que las atajadas.

¿Cuál fue, entonces, la atajada más difícil?

Me acuerdo una que le saqué un cabezazo a quemarropa, impresionante, a Juan José Pizzuti, de Racing. Todos los hinchas me recuerdan esa atajada. Me cabeceó allá abajo, en el extremo, y llegué con la punta de los dedos, la manotee y la saqué. Me debe haber empujado alguien, je, je, je, porque parecía imposible.

¿Puro reflejos?

Por supuesto, el arquero tiene que tener reflejos. El tiro libre es difícil también. Menotti me hizo un gol desde tiro libre. Era como Puskas, pateaba fuertísimo.

¿Qué tal Boca?

Bueno, ya sabés, con Boca siempre hubo algo de pica por aquella jugada que le hice a Borello en el Monumental, lo gambetee tres veces seguidas – acordate que él era el ídolo de Boca- pasando a medio campo. Le di para adelante, y ahí me gané la bronca de la Bombonera para toda la vida. Iba a jugar a la cancha de Boca y me volvían loco. Me sacaban de las casillas, cosa que no les costaba mucho. Si yo hubiera tenido un hermano que jugaba en Boca, seguro que me iba a hacer algo también

¿Hay amistad en el fútbol?

¡Claro que sí! Yo me veo con mis amigos de Boca y otros equipos. Me veo con Rattin, Marzolini, Roma, Onega, Varacca, Artime, y muchos más. En aquellos tiempos el jugador era más frío, no ganábamos tanto dinero como ganan ahora. Antes discutíamos con un directivo y salíamos con la cara larga. No conseguíamos casi nada. Hoy el jugador exige más. La mayoría de aquellos buenos y cracks hoy están en la pobreza. La AFA no ayuda a los veteranos. Nosotros hemos hecho un seguro de enfermedad para ex jugadores. Es una iniciativa nuestra. Incluso estamos hablando con políticos para ayudar a tener un seguro social del ex jugador. Pero no es fácil que nos escuchen.

Ahora se habla mucho de la “violencia en el fútbol”

Y es cierto que la hay. Antes, el hincha era mas tranquilo. Ahora van a la cancha, pongamos, treinta mil hinchas y de esos, veinte mil llevan la camiseta del equipo. Antes no. Llevar eso ayuda al fanatismo porque piensa que es un jugador. La camiseta, además, identifica al adversario. Claro que hay un negocio de las empresas que fabrican esas camisetas. Antes era raro ver un tipo con la camiseta de su club. Antes, el hincha iba a ver jugar. Ahora va por los colores. También ahora está el fenómeno de la droga. Sumale a esto que como casi todos los equipos están en la capital, el odio parece estar más junto, más cerca una hinchada de la otra. Y encima han aparecido las barras bravas que son pura violencia.

AMADEO CARRIZOCONMIGO

Tiempo después, y frente a lo que fue el desastre social y político argentino, uno de cuyos referentes fue el llamado “corralito financiero”, el diario Clarín le preguntó a este auténtico crack qué opinaba sobre la situación que vivía el país. Su respuesta sirve de marco y epílogo para mostrar la calidad humana, la sencillez y la sensibilidad de un gran hombre:

«Tengo tristeza en el alma»

«En realidad, en la práctica mucho no me afectó porque no tengo prácticamente ahorros. Y en casa no compramos casi nada porque somos dos gatos locos: mi señora y yo. Los alimentos diarios y poco más. Pero uno lo sufre cuando va a cobrar su sueldo, se siente manoseado por los que rigen el destino del país y no poder disponer del dinero propio. Parece mentira, pero hoy no tener mucho dinero te salva un poco la situación, porque pensás que si lo tenés tampoco lo podés usar. También me afecta en el aspecto anímico, porque no concibo que en nuestro querido país pase esto. Nunca creí que pudiera pasar en Argentina. Tengo una incertidumbre muy grande, tristeza en el alma».

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