Oscar del Priore
Posted on 25 marzo, 2015 in Entrevistas
Esta entrevista fue realizada el día 13 de febrero de 2004 en la casa de Oscar del Priore, uno de los más profundos conocedores del tango y su mundo. Estas son sus opiniones sobre la realidad actual de esta hermosa música.
«TENGO MIS DUDAS SOBRE EL FUTURO DEL TANGO»
Su currículum no deja dudas, parece ser que usted conoce a fondo el mundo del tango.
Y sí, seguramente
No puedo entonces, evitar la pregunta: ¿Qué es el tango hoy?
Lo que fue siempre: música, danza. Hubo momentos en que estuvo más arraigado en la gente y otros en que lo estuvo menos, pero el tango sigue siendo una expresión artística muy valiosa.
Se perciben ciertas contradicciones entre los entendidos sobre los comienzos del tango. Unos se refieren a un origen de negritud, de los primeros africanos llegados al Río de la Plata, otros sugieren una base europea, una música que vino con inmigración blanca. Me agradaría conocer su opinión al respecto.
Creo que no podré decirle demasiado. Además es un tema que, si bien es interesante, a mí nunca me desveló, porque ese tango, sus orígenes, que yo llamaría el pre-tango, poco tiene que ver con el tango que nos gusta a nosotros. Yo nunca voy escuchar un tango de esos «Detrás de una liebre iba», »Andate a la Recolecta», »Toma mate ». No es que los deseche, pero a mí, el tango que me gusta, es otro, entonces. Seguramente el tango es creación de los inmigrantes europeos, o mejor dicho, de sus hijos, de la gente joven. Me refiero al tango bailado, tocado. Pero los orígenes musicales, yo creo que vienen bastantes claros de la habanera cubana.
Se dice también que en sus inicios el tango sólo se bailaba en los prostíbulos…
Y además se tocaba en los prostíbulos, y en los cafés y en los patios. Como era la música que les gustaba, en los prostíbulos, obvio se tocaba. Además, era una danza que permitía que el varón y la mujer se abrazaran, entonces ese contacto corporal era un contacto que en el prostíbulo era bastante buscado.
¿Fue el tango en sus comienzos una música de las clases bajas, llamadas populares, incluso, de los sectores marginales, de la sociedad?
En cuanto a la creación, al principio es una música de la gente de poco dinero, de la gente de los suburbios, de los barrios. Después, enseguida ya va a ganar todo Buenos Aires. Pero en sus principios, sí, seguramente.
¿El tango gana Buenos Aires antes del fenómeno de París?
El tango ya se toca en Buenos Aires antes del fenómeno de París. Pero, según se dice, es aceptado en Buenos Aires, luego del éxito en París
¿Quiere usted decir que París confirma un poco lo que ya incipientemente se estaba dando en Buenos Aires?
Es que la gente, lo que se llamaba niño bien en esa época, ya iban a bailar el tango a los locales donde se tocaba
¿Hablamos de Jorge Newbery?
Si. Y también de gente cuyo nombre no ha trascendido. Pero después, no lo hacían en sus casas. Entonces, cuando esta gente adinerada va a París, en París tienen vía libre porque no está marginada. Ellos también lo imponen, lo bailan, y nadie les dice nada, al contrario, les parece encantador.
Quizás Buenos Aires sea una de la pocas, o la única capital, tal vez, -salvo alguna excepción- que tenga su propia música. Se da una paradoja, sin embargo. El tango está casi acotado a la ciudad, dentro de la General Paz, no tiene el mismo énfasis en el interior del país donde se vive y se baile el folklore de cada región, aunque existen algunas manifestaciones tanguera de larga data. Sin embargo el tango se vive en Japón, por ejemplo, con una fuerte presencia.
Sí.
¿Cuál es la causa, el causal por la que un japonés, incluso llega a emocionarse, a sentir el tango casi como una música propia?
Nunca supe porqué a los japoneses les gusta el tango.
Le señalo este fenómeno como referencia.
Sí, sí. Pero eso es un misterio, que los japoneses se hayan entusiasmado tanto con el tango.
En Japón desde hace años van las grandes orquestas a tocar, no es un fenómeno de ahora.
Seguramente.
Y por otro lado, en el interior de nuestro país los sentimientos hacia el tango son menos expresivos.
Es posible. Pero yo creo que en la actualidad, ni la zamba ni el tango. En la actualidad, los únicos que tocan en todo el interior son los cuartetos.
Se habla actualmente de un resurgir del tango. ¿No cree que este resurgir, que tiene ya unos años, pueda parecerse a aquél fenómeno de los sesenta cuando en la ciudad se empezó aquí a cantar folklore, y se hacían guitarreadas, principalmente desde un sector, juvenil de carácter, digamos, progresista, que luego terminó licuándose sin gloria? No podrá estar repitiéndose este fenómeno con el tango?
Creo que no, porque lo del folklore fue más breve, y el tango, lo están bailando los jóvenes, pero ya hace veinte años que están las milongas, y las reuniones y las escuelas de tango.
¿Usted cree que los jóvenes de la Capital sienten el tango cómo los viejos tangueros?
No, no.
Entonces, ¿por qué lo bailan?
No, como los viejos tangueros no. Pero les encanta bailar el tango, sí. Pero no a todos los jóvenes. Es un grupo.
¿No está suplantándose el tango por la »cumbia villera» cuyos mensajes parece que llegan más a la juventud?
Puede ser que llegue más a la juventud. Pero yo hago una separación, es decir, yo no compararía. No puedo comparar, porque el tango es una música, una danza, una poesía, y la «cumbia villera», para mí, es algo horrible, es decir, estéticamente. Los tipos que hacen la cumbia villera tocan mal, las letras son espantosas. Ni punto de comparación con el tango. Yo no compararía. Ahora, que hay gente que le gusta la cumbia villera, que le guste, me parece perfecto. Tenemos libertad para que a cada uno le guste lo que le guste. No lo compararía con el tango, son dos cosas tan distintas, porque el tango desde su origen tuvo calidad, es decir, el tango está hecho por gente que estudia música, si bien lo primeros tangueros eran intuitivos. Los poetas del tango son, no digo todos, pero Manzi, Discépolo, Celedonio, Cadícamo, son reales poetas. Lo de la cumbia villera es un horror. En yo no los compararía.
No estoy haciendo comparaciones, por supuesto, pero lo que me lleva a esto, es reflexionar que existen amplios sectores juveniles en la misma ciudad y no sólo en sus zonas marginales que se han apropiado de esa música llamada cumbia villera dejando el tango a un lado. Y ya estamos conviviendo con la tercera generación de aquellos inmigrantes que llegaron del interior del país. Una generación que, siendo ya absolutamente porteña, se inclina hacia otra música muy distante del tango.
Sí seguro Totalmente. Pero la gente actual, los jóvenes de hoy, los que bailan el tango, bailan un fenómeno histórico. El tango no se desarrolla actualmente. ¿Qué tango se toca, qué tango se baila? Los tangos de antes.
Pero el de hoy también es tango, lo que se hace ahora también es tango.
No digo que no lo sea. Pero no tiene trascendencia. Y en las milongas, uno va a cualquier milonga donde están marcando y todas las grabaciones que pasan tienen más de medio siglo, y todos los que tocan están muertos.
Hay un tango para escuchar, Piazzola
Pero Piazzola ¿cuánto hace que terminó?
Hay nuevos grupos de tangos, hay nuevos conjunto de tangos en esa línea de calidad.
Pero son pocos, no tienen trascendencia, no tienen convocatoria. Hay muy buenos »El Arranque» me encanta, »Vale Cuatro» me encanta, pero no tienen trascendencia. Pero en lo bailes se sigue bailando a Pichuco, Tanturi, Di Sarli, de los años cuarenta o de más atrás. La cumbia villera es un fenómeno masivo, el tango no. Ahí hay una gran diferencia.
El tango ¿no es un fenómeno masivo?
Yo creo que no. ¿Cuántos discos se venden de tango? Muy pocos. Se venden siempre los mismos, lo de Troilo… ¿Cuánta gente va a ver un espectáculo de tango? Yo veo que todas las noches, en los salones que tocan los artistas de la cumbia villera se llenan, bailan. El tango no. De pronto, además, los bailes de tango se hacen con discos, con discos de muertos de hace muchos años. ¿Cuánto hace que no hay un éxito en tango? »Balada para un loco» fue el último éxito en el año 69 creo que fue, por ahí. Pero no hay tangos que la gente los cante por la calle, por ejemplo, que se acuerde. Sí hay algunos, pero los antiguos: »Malena», »Tinta Roja», que sé yo.
Y si no hay renovación bailable, o de compás, este tango suspendido en el tiempo como usted señala, ¿no está en peligro?
Por supuesto. Yo tengo mis dudas sobre el futuro del tango.
¿Dudas?
Sí. Yo veo que llegó hasta Piazzola y después no hubo más nada trascendente, digamos. Hay cosas buenas, está Garelo que es un fenómeno. Pero no son fenómenos trascendentes, que arrastren gente. Antes cantaba Alberto Castillo y se cortaba la calle, porque era ahí donde estaba cantando, o Rivero, todos esos tipos. Y ahora …
¿Se está convirtiendo el tango en una música underground, como se dice ahora, para referirse a un hecho subterráneo, un poco escondido?
Puede ser.
¿Y el futuro del tango?
Será así. Fíjese la música clásica, ¿qué paso con la música clásica? En ciertos sectores les gusta mucho y la siguen escuchando, pero no se desarrolla más. Uno va al Colón y tocan las mismas óperas, los mismos conciertos y va el grupo que le gusta esta música. Siempre el mismo.
Hay cierto escepticismo en sus opiniones, un análisis muy peculiar, porque, por otra parte, hay quien dice que sí, que tiene futuro el tango.
Ojalá. Yo quisiera que sí, pero hace tanto que no pasa nada que me hace pensar que por ahora no se le ve desarrollo Y eso que yo siempre estuve a favor de la vanguardia y siempre me gustaron los movimientos nuevos. Pero ahora lo veo como detenido, orquestas que imitan a las orquestas de antes, que no está mal, pero no le veo desarrollo. A mí me encanta que los jóvenes toquen tango, que lo hagan bien, que lo hagan mal, que lo toquen, que se acerquen al tango, me encanta, pero no encuentro figuras que continúen el desarrollo, como antes, cuando surgía un Pugliese, un Troilo, músicos que iban permitiendo un desarrollo estilístico. Es decir, cada uno con su estilo, con su forma, con los tangos que escribían y que eran éxitos.
Aquellos éxitos masivos.
Sí, masivos. Éxitos en la radio, en el cine, en el teatro, en los discos. Y que era muy buen negocio.
¿Tal vez ahora el turismo puede ayudar a que el tango sea también un buen negocio porque el turismo también viene a escuchar tango?
Ese es otro fenómeno. El turista no entiende nada. El tango que se toca para los turistas A los turistas le venden cualquier cosa. Les venden buzones. Entre los tipos que van afuera hay unos que son buenos y otros que no lo son. Al turista lo confunden bastante, y le venden buzones. Eso es otra cosa. Los grupos de tango se mantienen en gran parte con sus viajes al exterior. Pero, ¿les gusta el tango? ¿Qué pasa? Yo no sé. Como nos gustaba a nosotros que éramos tangueros verdaderos, que nos emocionábamos con Pichuco cuando tocaba un solo de bandoneón.
¿La coreografía que llevan a Europa en sus giras, es afín al tango?
No. Generalmente hay muchos que bailan bien y hacen espectáculos que son bonitos para ver. Aunque yo nunca fui especialista en bailar, y a mí lo que me gustó siempre, a mí me atrajo el tango musicalmente, poéticamente, es decir, no coreográficamente, si bien me gusta verlo bailar. Y tampoco me metí nunca en ese tango prehistórico que tampoco lo escucho.
¿Considera usted que esta prevalencia coreográfica que tanto gusta al turismo es inversamente proporcional a la caída del tango y a su auténtica proyección?
Para los turistas, si no hay baile, no hay tango. Al turista le dan lo que él quiere en todos los lugares.
¿Le contrabandean el tango?
Sí. Los repertorios. Usted va a cualquier sala que tocan tango para turistas y tocan los mismos tangos, bailan de la misma forma, después hasta le mezclan el tango vestidos de gauchos con boleadoras. Después le cantan esa canción, -que no sé porque le hacen creer que es un tango-, esa canción de Evita, »No llores por mi Argentina», que no tiene nada que ver con el tango, y salen ahí y la cantan siempre en los espectáculos de tango. Se la cantan siempre. Debe ser porque Evita es representativa del tango. No sé por qué no se les ocurrió hacer un tango del Che Guevara, porque también está de moda
Entonces esto no es la difusión del tango, es la difusión de ese tango. ¿Estamos frente a una expresión alterada, a una imagen subvertida de lo que es lo auténtico?
Seguro. Los turistas venían y pedían ciertos tangos y los tenían que tocar.
Pero se va a dar la circunstancia que en la actualidad el turismo va creciendo, porque la situación económica del país lo permite, entonces, ¿el tango será absorbido prácticamente por este fenómeno? ¿Quedará solo para iniciados?
Aquél es auténtico también, pero está dirigido a turistas. El tango que a mí me gusta, el tango que a mí me motivó, el tango que a mí me llamó, el tango que yo escuchaba siempre hasta no hace mucho, cada vez lo encuentro menos.
Al turista parece no gustarle el tango instrumental.
Según, también, porque hay tangos que sí les gusta escuchar: «Canaro en París», »La cumparsita», »El choclo», esos les agrada escuchar.
¿Será la magia del bandoneón?
Porque así los bailan mejor.
Sin embargo yo veo que hay muchas revistas de tango y muchas salas de baile. ¿Dónde está su crisis, entonces?
Si usted se pone a controlar, va a ver que no están abiertas todos los días. Un día está una, otro día está otra. Son salones no muy grandes, la gente que va, más o menos es la misma. Habría que hacer un análisis de cuál es el público cautivo que va de un lado a otro, y la música que se toca es en todos lados la misma. Y además, no son es un negocio brillante, porque las entradas son muy baratas y los que van a bailar prácticamente no consumen. Piden una botella de agua.
Las escuelas de tango que parecen crecer en número…
¿Qué escuelas de tango? ¿Por qué no va a verlas?
Buenos Aires está lleno de escuelas de tango, se ven en las revistas, hay un montón
Pero es que cualquiera que aprende a bailar un poco el tango se pone de profesor. Sí, hay infinidad de bailarines. Muchos son, buenos profesores y otros que son de grupo. Aprendieron a bailar y ponen un aviso por si cazan algún alumno.
Parece ser que hay un local donde se ofrece un gran espectáculo de tango para el turismo.
Es el más grande que hay. Se llama »Señor Tango» Es un salón gigante.
¿Ahí tampoco van los porteños?
¡No jefe! Entran los gauchos a caballo al escenario, hay trapecistas, no, no. Está muy bien hecho, ¿no? Es el más caro.
Los trapecistas, ¿qué tiene que ver con el tango?
¡Qué sé yo! La última vez que fui había uno que bailaba el tango colgado en el aire. Sí. Y después entraban unos tipos a caballo vestidos de gauchos y hacían pruebas con los caballos y después
¿Con caballos?
Con caballos verdaderos. Y después se transformaban, se cambiaban la ropa y se transformaban en tangueros.
¡A caballo! Los turistas deben alucinar.
Sí, claro. Y terminan con »No llores por mi Argentina«. Los guitarristas van tocando por las mesas con la guitarra. Está muy bien hecho, está pensado muy bien. Pero no es el tango de los porteños.
¡Qué espectáculo! Pero eso no es tango
¿Cómo que no es tango? Sí, es tango.
Tango espectáculo, pero ¿dónde está hoy el tango del porteño?
No existe más.
¿No existe más?
No hay. ¿En donde hay? En ningún lado. Si yo esta noche quiero ir a escuchar el tango que a mí me gusta, ir a escuchar una orquesta, no puedo.
¿La orquesta típica?
No hay lugares con la orquesta típica como antes, no hay.
¿Qué pueden hacer los medios para recuperar lo sustancial, y luego que el turismo vaya allí donde se hace el buen tango?
¿Qué medios?
Los medios gráficos, las revistas especializadas
No creo que puedan. Además las revistas de tango que hay son muy limitadas. No se venden tampoco. Esas revistas las regalan. Nadie las conoce. Circulan nada más entre el ambiente del tango.
Es decir que hay una renovación del tango, pero no es la continuidad del tango.
¿Renovación en que sentido?
Me refiero a esa música nueva, a ese tango nuevo.
No hay mucho tango nuevo.
Pero acaso ¿no existe una hilación con el tango de siempre?
Sí. Los de ahora están enganchados con el otro, sí. Pero no nacieron por generación espontánea. Pero no tienen convocatoria, como ya le he dicho. Si vienen, por ejemplo, y me dan gratis el Luna Park para que haga un festival de tango, no lo hago. Por qué, ¿A quién voy a llevar que convoque gente, que llene el Luna Park? Nadie llena el Luna Park. En cambio, hay artistas internacionales que llenan, no el Luna Park, sino la cancha de River
Ese tango, entonces, el que vale, por decirlo así, ¿es reducto de intelectuales, de porteños muy exigentes?
¿Cómo el tango que vale? En primer lugar, todos los tangos valen, porque el que hace Fernando Soler también vale.
Me estoy refiriendo en este caso al tango de la orquesta típica, a la orquesta de diez o doce personas, instrumentos.
No existe más, no existe. No hay.
Nos encontramos frente a esta realidad que hay que aceptar: un tango, llamémosle for export, y el otro que está escondido en ciertos lugares, o no existe. Nos queda Piazzola como el último testigo. ¿No surgen nuevos intentos?
Sí, intentos hay. Yo los veo. Pero yo no me pongo a analizar si estos son buenos o malos. No quiero hablar de calidad. Lo que veo es que no hay una trascendencia, por lo menos acá.
Pero le reitero las opiniones de muchos tangueros señalando que el tango crece, se fortifica y va hacia delante. ¿Qué opina, en síntesis?
Todos dicen que sí. A mí me parece que no.
Es lo que estamos escuchando.
Lo que yo pediría es que me mostraran qué conjuntos hay. ¿Qué conjuntos hay? Hay mil, pero ¿con convocatoria?, Es decir, que la gente los conozca. Usted hace una lista con todos los grupos de ahora y le toca el timbre a toda la cuadra, y les pregunta, ¿sabe quién es este? En cambio, hace cincuenta años tocaba el timbre y preguntaba, ¿sabe quién es Pichuco? ¡Cómo no voy a saber quien es Pichuco! ¿Sabe quién es De Angelis? ¡Claro! A mí me gustaría que el tango estuviera triunfante, se desarrollara, más conjuntos, más laburo, porque además ganaría yo también.
¿Hay lugares donde se pueda ir a escuchar buen tango?
Me parece que no. Bueno, según lo que considere por buen tango, lo que le guste.
Que no sea el for export. Tango, tango. Lo que estamos hablando, la continuación. Piazzola y esas cosas.
No. No. Creo que no.
En Buenos Aires, la ciudad del tango, ¿no hay un lugar en donde escuchar tango?
Yo no conozco. Para escuchar ese tango, no. Yo no conozco. Por ahí hay y yo no lo conozco. Y no hay lugares porque no hay más orquestas, no existen más.
¿Realmente, usted, que sabe mucho sobre el tango ¿no conoce un lugar donde pueda ir a escuchar el tango que le gusta?
No.
¿Para escuchar tango, ese tango sólo nos queda el disco?
Claro.
Y al mismo tiempo se ve un Buenos Aires que desborda de tanguerías, de bailes, y de profesores.
No son tantos, no son tantos. Además hay que ver los profesores de tango cuantos alumnos tienen. Vaya a una milonga y escuche todos los tangos que tocan, grábese todos los tangos que tocan y después los escucha. Va a ver que ninguno pasa del año 1955, y la mayoría son todos de 1940.
Entonces tenemos ausencia de dos cosas: tangos nuevos para escuchar y tangos nuevos para bailar.
Porque el tango para bailar es con discos. Además, muchas veces, a las milongas van invitados porque quieren dar jerarquía a algún conjunto que toca. Y a los bailarines que van, les encanta, pero esperan que terminen para seguir bailando con los discos. Mientras que antes no. Antes la gente decía, ¿con quién voy a bailar hoy, con D´Arienzo, con Di Sarli? Yo estoy en la Academia Nacional del Tango. Soy el Vicepresidente. ¿Y qué hay en la academia? Un museo, que es hermoso, pero que es un museo. En la Academia del Tango está el Liceo Superior del Tango, que es la mejor escuela de la historia del tango. Ahí funciona, se dan clases sobre la historia del tango, pero historia del tango. Trágico. En el piso de arriba de la Academia funciona la División Patrimonio. ¿Qué hacen? Archivan viejas partituras. Después está la biblioteca. ¿Qué hay? Libros de tango.
¿Todo del pasado?
Pero no porque la Academia esté mirando hacia el pasado, sino porque no hay.
¿Cuenta la academia con el apoyo de instituciones oficiales, para recuperar, o para crear nuevos documentos?
No, porque yo creo que quienes estamos en la Academia, el único que piensa así soy yo. Todos piensan que el tango está en su mejor momento. Yo pienso que no, y por eso muchas veces discuto, pero yo me baso en realidades. Escuche una audición de radio. Ponga Radio Belgrano, ponga audiciones de tango donde la gente pida discos. ¿Qué va escuchar? Todos tangos de antes. Yo ahora no estoy haciendo radio, pero muchos años estuve en radio, ahora sigue el hijo haciendo radio. La gente llama, pide por teléfono, y si alguien le pide un tango grabado del 55 para acá, puede usted asombrarse porque, o a lo mejor, el que lo pide es pariente del que lo grabó. Pero todos, la mayoría llaman y piden: pasen a Fiorentino, pasen a Rufino, pasen a Pugliese, pasen a… Y piden cosas de Gardel.
¿Nadie pide »Opus 4», Cedrón«?
Nadie, nadie. Absolutamente nadie. Ni saben quienes son, ni los conocen. A Cedrón no lo conoce nadie.
Él está en Europa, pero ha llegado su música acá también.
Empezó acá, pero nadie lo conoce.
¿Suelen tener más presencia cantantes, por ejemplo, como Susana Rinaldi o letristas como Eladia Blázquez?
Sí. Susana Rinaldi dentro de todo es convocante.
¿Con un tango más actualizado, no?
Sí, pero acá ni Piazzola. Piazzola, que era famoso en todo el mundo, venía acá en los últimos tiempos y no tocaba. O hacia un recital, o dos, y después no seguía. No estaba todos los días en un lugar.
Dicen que Piazzola, además de un gran músico, era un gran tanguero.
Piazzola para mí es un fenómeno. Piazzola es el último segmento de la evolución del tango.
¿Y ahí se cortó?
Yo creo que sí. Yo lo lamento y no quiero que sea así, pero hasta el momento me da esa impresión.
Me quedó una duda sobre ese espectáculo del que hablábamos, el del caballo…
Yo no sé si lo seguirán haciendo. Fui la última vez hace un año. Pero el caballo no bailaba tango. (risas)
¿Se presenta cómo espectáculo argentino o cómo espectáculo de tango?
De tango. Pero vienen los gauchos a caballo y después bailan el malambo. Luego hay un efecto de oscurecimiento mientras se cambiaban la ropa y se transformaban en canyengues.
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Datos biográficos de Oscar del Priore
Nacido en Buenos Aires el 11 de febrero de 1944.
Locutor profesional recibido en el ISER.
Vicepresidente 1º de la Academia Nacional del Tango.
Académico de número de la Academia Porteña del Lunfardo.
Musicógrafo de la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires.
Profesor del Liceo Nacional del Tango, del Centro Educativo del Tango, del IUNA (Instituto Universitario Nacional de las Artes) y del Centro Cultural Konex.
Fundador y Rector de la Universidad del Tango de Buenos Aires.
Conductor de programas radiales en diversas emisoras. Su programa A través del Tango ha superad las cinco mil emisiones.
Presentador en escenarios de diversos locales, entre ellos El Viejo Almacén (por dieciocho años) y Caño 14.
Miembro del CAMU (Consejo Argentino de la Música), dependiente de la UNESCO.
Poseedor de la Orden del Porteño de la Asociación Gardeliana Argentina, y de la Orden del Buzón, del Museo Manoblanca.
Considerado el mejor comentarista de tango del siglo XX por APORTA (Ateneo Porteño del Tango) y la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Dueño de una de las mayores colecciones de grabaciones de tango del mundo.
Autor de Breve historia del tango (1967), El tango de Villoldo a Piazzola (1975 y 1999)(editoriales Crisis y Manantial), Cien tangos fundamentales (1999, editorial Aguilar, con Irene Amuchástegui), Inventario del Tango (1999, editorial Fondo Nacional de las Artes, con Horacio Ferrer), Yo Gardel (1999, editorial Aguilar), Toda mi vida (Aníbal Troilo) (2003, editorial J.V.E.) más incontables ensayos y artículos publicados como información en discos y revistas como Buenos Aires tango y lo demás, Clave, Talia, Tango XXI, Viva el Tango, El Tangauta, El Chamuyo, Diario El Mundo, etc.
Autor de tangos como A través del tango (con Armando Pontier), Aquella calesita (con Enrique Cantore), Como si fuera un cristal y Luz de una ilusión (con Víctor D´Amario), Como un tango (con Ubaldo de Lio y Celso Amato), Cerca de tu rebelión (con José Colángelo), el vals Evocando a la Flaca (con Pastor Cores y Héctor Negro), la milonga Canción sin fronteras (con Leopoldo Federico), etc.