María Kodama
Posted on 25 marzo, 2015 in Entrevistas
Este reportaje a Maria Kodama, la mujer que sostiene, difunde y protege la obra literaria de Jorge Luis Borges, fue realizado en Buenos Aires el día 19 de febrero de 2004.
» Εκτωρα, εσύ είσαι τώρα ο πατέρας μου, η σεβάσμια μητέρα μου και τα αδέλφια μου, άλλα πάνω απ’ όλα, είσαι ο έρωτας που ανθίζει».
(«Héctor, tú eres ahora mi padre, mi venerable madre y mis hermanos, pero por sobre todas las cosas, eres el amor que florece.»)
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¿Cuál es la razón de esta vigorosa vigencia de Borges a tantos años de su muerte? tengamos en cuenta, por otra parte, que muchos grandes hombres de la cultura y de la literatura, en particular, se van difuminando de los titulares y la cotidianidad, siendo rescatados casi exclusivamente en puntuales efemérides o recordados sucesos de carácter anecdótico. ¿Por qué Borges, permanece?
Esto es el resultado del trabajo que hemos hecho los que, de algún modo, admiramos a Borges. Las conferencias en el exterior, etc. Nos encargamos de mantener esa presencia, y para que eso suceda tiene que haber una persona detrás que sostenga y mantenga esa continuidad de esta historia. Como vos decías, un escritor, por más excelente que fuese, caería en lo que se llama, graciosamente, el purgatorio, si no tuviera este apoyo, que en el caso de Borges ha logrado evitarlo.
Entonces, tú ayudas a mantener a Borges en el paraíso.
Creo que todos ayudamos porque es un trabajo que venimos haciendo con amigos de Borges a lo largo y ancho del mundo. Gracias a todos ellos lo podemos mantener en el paraíso.
¿Cómo trabaja esta Fundación? Me refiero si tiene planes programados o se mueve al ritmo de lo que va surgiendo a través de la difusión de la obra.
Tenemos actividades fijas desde hace doce años. Realizamos permanentes concursos de poesía. Los profesores se conectan con la Fundación. Este trabajo está en manos de la profesora Sangada que ha puesto todo su esfuerzo para que esto siga adelante. Ella estudió mucho a Borges y fue expandiendo el amor a su obra. Le hacemos también un gran homenaje en el mes de agosto. Esto es un acto fijo cada año en el que intervienen profesores y escritores de todo el país, de Cuyo, de Córdoba, de Rosario. Y hacemos venir, cuando se puede, alguna figura del extranjero para hablar sobre Borges. También vienen traductores de Borges. (1) Estas actividades duran todo el mes de agosto.
¿Qué otro tipo de actividades realizan?
Suele venir gente del extranjero, de Italia, de EE.UU, y armamos algo sobre Borges. Ahora mismo tenemos la visita de Marcos Ricardo Barnatan. Viene a hacer la presentación de su libro,
¿Cómo se ve la obra de Borges en la juventud, en los estudiantes secundarios, por ejemplo?
Tuve hace poco una reunión con la secretaria de cultura de la ciudad para hacer un contrato marco que nos permita enseñar a Borges, acercar la obra de Borges a los estudiantes, los profesores nos ayudan en estas tareas. Con ellos queremos esto. Son profesores con interés en Borges. A nivel secundario todo. Hicimos una cosa interesante de maestría en traducción literaria y científica en la Universidad de Belgrano. La fundación proporciona el soporte técnico de los profesores. Esto no está ligado a la obra de Borges, está unido a Borges desde el momento que Borges fue traductor del inglés, del alemán, del francés, del islandés, del anglosajón, en parte de lo que fue su vida de Borges. Esa parte de la vida de Borges también es la que yo trato de rescatar. (2)
Es interesante este trabajo entre los estudiantes secundarios pues serían el relevo de los borgianos que nos estamos haciendo viejos. Esta nueva generación se está acercando a Borges desde sus libros, nosotros tuvimos quizás la emoción de su contacto.
Nosotros trabajamos precisamente con esa idea. Para que no se pierda el hilo. También…
(en ese momento, un bebe comienza a llorar desaforadamente en la mesa al lado de la nuestra) ¡Ay los niños, los niños! Como decía Borges: »Herodes, Herodes, dónde estás?»
¿Herodes?
Cierta vez viajábamos en avión con Borges en una situación similar, acompañados por un niño que lloraba y lloraba. La azafata se inclina sobre él oye a Borges decir »Herodes, Herodes, ¿ dónde estás?» Le oye decir eso y sonríe. (3) A veces jugábamos con adolescentes amigos sobre las pruebas de la inexistencia de Dios. El que los niños nazcan gritando, berreando… Tendríamos que nacer con música para cada cosa. Música para el hambre, música para el llanto, a través de un camino armónico, hasta que puedan hablar.
Un desprolijidad de Dios. Spinoza lo planteaba desde la geometría.
Con Borges nos reíamos muchísimo, porque siempre inventábamos argumentos para una cosa u otra. Ahora preparamos el lanzamiento de las míticas revistas «Proa» y «Prisma». En lo que respecta a «Prisma» va a ser muy interesante, pues van a salir los dos números de «Prisma» que nunca se hicieron, editados. Prisma era una revista mural, por eso muy poca gente tiene acceso a Prisma. Son dos números de homenaje. «Prisma» con dos números mural y «Proa» hará el homenaje a través de las revistas editadas en vida de Borges, cuando él la funda con fragmentos o textos completos de los autores que participaron en la fundación de «Proa» con Borges. Editada por la Fundación. Y gracias a la ayuda que tenemos de la Fundación Nueva Mayoría, de Rosendo Fraga tenemos una línea editorial de libros sobre Borges. El primero fue un homenaje a Borges, que se llama »Fuego del aire«, de Victoria Juárez; el segundo fue «La genealogía de Borges, sus antepasados«, de Rosendo Fraga; »Borges y la felicidad« de Rolando Costa Picazo, que es un profesor que hereda la cátedra de literatura inglesa y norteamericana que tuvo Borges en la facultad, y además, es un excelente traductor. Y después la tesis sobre Borges y sus trabajos en congresos de la profesora Gabriela Cittadini. Todo se distribuye de Tusquet, Lo que se recauda se destina a futuras obras.
Es decir, todo relacionado con Borges y su obra.
Exactamente.
¿Ustedes tienen idea de las obras que se han escrito sobre Borges en el mundo?
No, eso es la biblioteca de Babel
Lo que se escribió sobre aquél que escribió sobre la biblioteca de Babel es otra biblioteca de Babel
Es imposible. Hay infinidad de tesis en universidades, en todas partes, y libros por todas partes. Algunos nos llegan, que son los más interesantes. Las editoriales nos hacen llegar, también. Pero lo cierto es que no tiene sentido, lo tiene para un estudiante. Lo importante es la obra, y cuando sale algún trabajo importante sobre la obra, entonces, sí. En la Fundación han dado conferencias Marcos Aguinis, Luis Goytisolo, Saramago, Bianchoti, todos personajes de primer nivel, y Ana Maria Barrenechea, que introduce a Borges en el estudio universitario en la Argentina. Es la primera que lo ve en su real dimensión. María Victoria Suárez, una eficiente columnista de la página nueve de La Nación. Pocas cosas, pero de calidad.
También hay gente realizando trabajos sobre Borges en forma independiente, conferencias, etc.
Por supuesto. Nosotros tenemos también gente que comienza, y le damos acogida en la Fundación, cuando vemos que no es un delirio, que son chicos y chicas que empiezan, leemos sus trabajos y le damos un aval a los que tienen potencial. También llegan los que tienen sus libros que son legión. Como ves es un amplio espectro el que tomamos. También hacemos algo muy lindo con la música que a Borges le gustaba. (4) Trajimos un conjunto de música medieval antigua, «La Mala Púnica», que tuvo un éxito impresionante. Hicimos un concierto en el Museo Fernández Blanco, otro en la antigua biblioteca del Monasterio de las Clarisas, donde dimos la explicación de cada instrumento musical y luego un concierto en las Mercedes y la gente se agarró a golpes en el atrio de la iglesia para entrar. Fue impresionante. Y esto sucedió hace cuatro años. Esa es la música que le gustaba a Borges. Lo más divertido es que una Señora amiga de Borges, culta, cuando la Fundación dio una conferencia sobre esta música, me dice: ¿y que tiene que ver esto con Borges? Yo le expliqué pacientemente que tenía que ver con Borges porque, primero, esa música le gustaba, y cuando estábamos en Ginebra íbamos, aunque nevara, a escuchar los conciertos en el museo de los instrumentos antiguos porque a él le gustaba esa música, y luego porque yo había elegido de todos los conjuntos a este, porque justamente. ellos encontraron códices antiguos y a una serie de autores que ya en la época de Dante hacían lo que Borges, de algún modo, hace con su escritura: saludos a los otros músicos que ellos admiraban con algún acorde, que recordara a esos músicos que habían sido sus maestros que admiraban y recordaban una cosa muy refinada y compleja, que evidentemente, mucha gente no puede entender. Había hasta bebitos en el concierto. Empeñé el departamento para hacerlo. Fue un esfuerzo. Es la mitad de mi alma, en mi vida Borges, es todo. Yo los traje con un esfuerzo físico para mí. A último momento necesitaban una tarima, y suerte que la Municipalidad nos ayudó. Fue fantástico. Lloré. Recuerdo que se sentaron unos chicos de cinco o seis años en el suelo, otros colgados en la columna, no había lugar y yo pensé que había trabajado tanto y estos niños se van a empezar a impacientar porque era un tipo de música que no es fácil para un niño. Fue maravilloso. Yo, con estos chicos, entendí lo que Borges me dijo a mí escuchando un concierto. Nunca lo voy a olvidar, en Venecia en San Marco. En aquél concierto en Buenos Aires pensé que quedaba destruida y no iba a disfrutar, pero fue maravilloso por la reacción de la gente. Lo que estos chicos me trasmitieron a mí. En Venecia se daba un concierto complicado. Yo le digo a Borges, mientras un grupo de colombianos, que estaban enloquecidos y nos seguían por toda Venecia para hablar con él, yo le digo, Borges, usted va con los colombianos, yo al concierto, y cuando termine, comemos ¡Ah, no! Yo quiero escuchar el concierto, dijo Borges. Bueno, le dije, si quiere venga, entonces. Entramos, nos sentamos, el concierto empieza, y yo le digo, ¿está seguro que quiere quedarse? ¡Sí, sí!, dice. Después me olvidé de todo, me perdí en la música. Cuando termina el concierto me di cuenta que no había intervalos, y que no le había preguntado ni una sola vez si le gustaba o estaba contento: »¡Ay! Borges, discúlpeme, no le pregunté si le gustó el concierto« Y él me dijo: María, el concierto para mí es lo que usted me trasmitía, y le digo que fue maravilloso. Yo lloraba. Es cierto, porque cuando uno trasmite una emoción porque es sensible uno trasmite esa emoción que el otro estás sintiendo. Y es lo que yo había vivido con aquellos niños. Maravilloso era sentirlo a través de la emoción del otro, es hondísimo, místico, fuera del mundo, de la realidad, de todo. Borges me dijo que fue el mejor concierto que había escuchado en su vida. Pensé en el paralelismo. Esto es lo que Borges pudo haber sentido.
Tal vez Borges no hubiera escuchado ese concierto si estuviera solo.
Tal vez no. Durante el concierto teníamos las manos entrelazadas, y yo me perdí en la música completamente. A veces me decía «María a usted le gusta tanto la música, ¿por qué no estudia?» Yo le contestaba que no porque si no voy a estar como con la literatura, que si esto está bien, o esto está mal. Entonces sería deformación profesional. No entiendo, entonces la disfruto.
¿Borges fue aficionado a la música?
Si, lo fue. Pero a él le gustaba la música antigua, medieval, barroca, le gustaba muchísimo la música griega porque decía que era alegre, los tangos de la guardia vieja, las milongas, porque como él decía no era el tango llorón, sino que es el tango pícaro, con doble sentido, decía. No le gustaba el tango canción, detestaba a Gardel porque decía que había convertido el tango en una música llorona y sentimental. (5) Le gustaban mucho los Beatles, los Rolling, Pink Floyd. Creo que vio doscientas veces »El muro«. Estaba enloquecido con esa música, hablaba de esa fuerza. Le encantaba esa música y tal es así, que cada vez que cuando yo festejo su cumpleaños, una fiesta enorme que hicimos por sus cien años, la música que suena con las cien velas mientras estaba todo apagado, rodeada de mis amigos, de los hijos de mis amigos, todos, no fue el happy birthty que él odiaba, sino la música de The wall.
Le llegaba la música épica….
Él era épico, en su lucha y en lo que le tocó ejercer. Su obra tiene una fuerza,
Hay una idea de Borges serio formal, pero al mismo tiempo hay un Borges irónico aunque él lo negara. (6) ¿De dónde vienen estas cualidades?
La ironía viene a través de su abuela inglesa, a la que Borges está muy unido. Era una persona muy especial. El la quería muchísimo. Gran parte de su obra está basada en la influencia de su abuela inglesa. El fue profesor de literatura inglesa. Era bilingüe desde chico. Con su abuela hablaba inglés. Luego tuvo que aprender el francés, porque estudió en un colegio francés. (7)
Borges parece haber tenido una gran capacidad de absorción de los idiomas. Todos sabemos que llegó a leer «La Divina Comedia» en italiano viajando en tranvía.
Sí. También aprendió solo el alemán.
¿Fue Borges un autodidacta?
Su universidad comenzó a los cinco años, leyendo la Enciclopedia Británica y libros de mitología. Decía que estudiar literatura era leer a los autores y pensando sobre ellos. Nunca tuvo títulos universitarios. Pero sí fue Honoris Causa de muchas universidades. La primera universidad en otorgarle el título fue la de Cuyo, luego vinieron las de Cambridge, en Oxford, en la Sorbona, en Harvard y en otras.
Recuerdo que cuando terminaban las clases en la Universidad, les decía a sus alumnos, que luego de haber estudiado durante el año, ahora podrían comenzar a saber, es decir, pasar del plano puramente pedagógico, salir de ese corsé para pasar a ese plano de conocer a los autores pensando sobre ellos, como tú señalas.
Cuando aparecían algunos poetas que ponían exclamaciones en línea vertical, por ejemplo, y pensaban que eso era el poema, y se los leían, entonces Borges les decía que para hacer verso libre había que ser como Whitman, o había que estudiar cómo hacer un perfecto soneto, y deshacerlo, los que quisieran. Pero sin eso, lo demás no tenía sentido. Borges decía que esos poetas que ponen »ay, el día, la noche…», palabras sueltas, uno percibe que no hay nada, no hay conocimiento. Que es cualquier disparate.
¿A quién tuteaba Borges?
A casi nadie, a la madre sí la tuteaba, a algún amigo de juventud como Bioy Casares, Mastronardi, a quien admiraba mucho como poeta. Pero el trato general que él daba era de usted.
¿Cuándo adquiere fama la obra de Borges?
Su fama empezó en los sesenta, cuando le dan el Premio Formentor. A partir de ahí su obra se fue conociendo cada vez más.
¿Tú crees que él quería que su obra sobreviviera?
Yo creo que sí. Además, el era agnóstico. No es que él creyera que todo termina o creyera que hay otra vida. Él decía, no sé, tendrá un misterio Ni creía ni no creía. Era agnóstico, no era ateo. (8)
He pensado que Borges sería el único autorizado a escribir la biografía de Dios.
¡Ah, que lindo! (risas)
¿No lo martirizaba el agnosticismo?
No. Tenía todas las posibilidades abiertas. Decía que el cristianismo no congeniaba con él porque era muy rígido, y además no podía entender eso del cielo, infierno, castigo eterno. Pensaba que lo más lógico era que todo se transforme, eso que llamamos alma después de la muerte también sufriera una trasformación y entonces que uno se reencarnara. Eso no significaba que creyera en la reencarnación. Era una conversación muy divertida, porque decíamos: a ver, si hay otra vida, yo le pediría decía Borges– que si nos reencarnamos, nos prometamos que nos vamos a encontrar. Y yo le respondía que si, por supuesto. Pero le decía que en la próxima reencarnación yo quería ser científica. Él se reía porque no le gustaba mucho mi nueva opción. Si yo no hubiera tenido en mi casa, como tuve, una formación artística muy fuerte, de mi padre, es posible que hubiera seguido una carrera científica. La ciencia me fascina porque es la posibilidad de hacer tangible, de ser la plataforma de la gran imaginación. Todo eso me da a mí una posibilidad más fantástica que la literatura. Amo la literatura, será mi vida, pero si yo tuviera que volver a elegir, elegiría la ciencia.
Pero en la otra vida él quería volver con la literatura. El soñaba con ese encuentro.
Y yo también.
Las matemáticas pueden llegar a ser un día la expresión mas hermosa de la belleza. La ciencia y la técnica nos permiten viajar en avión a recibir un premio…
Por eso la literatura de Borges es tan fuerte, porque es un síntesis, más próxima a la creación de ese mundo que es ficción, pero que no sabemos hasta qué momento puede dejar de serlo y convertirse en una realidad.
¿Borges concebía la ciencia como parte de la creación literaria?
Si, Borges adoraba las matemáticas. En su biblioteca hay muchos libros de matemáticas. La Fundación organizó en la Facultad de Derecho un ciclo »Borges y la ciencia«. Eran una serie de ponencias propuestas por matemáticos, físicos y otros científicos, para demostrar de qué manera Borges concibe y es el disparador, en los años cuarenta y cincuenta, de algo que la ciencia y la técnica van luego a descubrir y llevar a la práctica en los años setenta y ochenta. Borges ya sugería el hipertexto. La editorial Eudeba publicó un libro con el título del ciclo.
¿Qué es Borges para vos?
Te voy a responder a través de Homero, que es el padre de la literatura occidental, y que para mí, nos dio la más perfecta definición de amor que hay en el mundo. Maravillosa por todo lo que une. Cuando Héctor se despide de su mujer Andrómaca porque se va a luchar por Aquiles. Ella siente que él va a morir y trata de detenerlo. Y le dice, (Maria Kodama lo recita en griego en homenaje a su profesor) »Héctor, tú eres para mi padre y mi señora madre y mis hermanos, pero por sobre todas las cosas, eres el amor que florece». Yo no creo que haya una definición más perfecta. Que es lo que después dicen las religiones: dejarás a tu padre y a tu madre y seguirás a esta mujer o a este hombre. Es la reunión de todas las cosas en ese ser que es nuestra mitad, pero que no todos tienen la suerte de encontrar.
¿Y qué era Maria Kodama para Borges? (9)
No sé. Eso se lo tendrías que preguntar a él. Parece ser que lo mismo que Borges para Kodama.
A veces se veían ustedes como dos adolescentes alegres, muy divertidos. ¿Fue ésta una relación alegre?
Él me decía que nunca había conocido una persona salvo su abuela- que se relacionara lúdicamente con la vida como yo lo hacía. Eso tiene que ser por mi influencia japonesa, por el sintoísmo, donde todas las cosas desagradables tienen que quedar de lado.
¿Algo de hedonismo, de juego lúdico?
Si, además te digo, yo soy hedonista. El juego siempre es con otro.
Tienes tú una anécdota sobre una fotografía en la que aparece un Borges juvenil y bien parecido que, sin embargo, a él no le agradaba.
Esa fotografía fue la causa por la que escribió »Ulrika» y que me dedicó secretamente. Él decía que esa foto no le gustaba porque parecía un joven poeta colombiano. Pero yo insistía que a mí me encantaba porque en esa imagen tenía una mirada muy triste, muy linda, y, al mismo tiempo, muy profunda. Yo siempre me fijo en la mirada de la gente porque de ahí sale todo. La broma del cuento es que yo estaba enamorada de un poeta colombiano, que, en realidad, era él en la foto. (risas)
A mí, personalmente, me deslumbra »Las ruinas circulares«
También es mi cuento preferido. Yo disfruto de ese cuento, de ese misterio, esa cosa que envuelve, porque en realidad es una trasposición poética -en una prosa magníficamente hecha- de la doctrina del Buda. Leo esto y lloro. Es mi cuento, sí.
¿Y el de él, cual era?
El cuento preferido por él variaba. Según el humor, era uno u otro. A veces le gustaba uno, a veces otro. Otro cuento que me gusta mucho es »El muerto».
Hay varios Borges, hay un Borges argentino, el hombre duro, el otro es el histórico, que habla de nuestra historia, y otro Borges universal, que circunvala culturas y filosofías, que intenta el conocimiento oriental…
Es que si uno se acerca a la biblioteca de Borges comprueba que el ochenta por ciento de libros anotados por él son de filosofía, (10) de religiones y de matemáticas. Por eso tiene esa amplitud y toca a mucha gente. Todo eso lo tuvo desde niño, y lo fue incorporando a su vida. Él sentía curiosidad por las religiones, el porqué de esa necesidad del hombre a través de los siglos. Necesidad que el consideraba respetable. (11)
¿Por qué Borges no escribió novelas?
Él decía que había que tensar el arco y disparar la flecha en el cuento y el poema y la flecha tiene que dar en el blanco sin la menor imperfección. En cambio en la novela, todo queda como más disimulado. No le gustaba la novela. (12)
Tú eres Licenciada de literatura en la UBA. ¿Tuviste de profesor a Borges? (13)
Si, pero pedí que no estuviera para el examen de la licenciatura. No di el examen con él. Yo soy una persona exigente y perfeccionista. Estoy acostumbrada en mi vida a ganar las cosas, no me gusta que me regalen nada. Es mi esfuerzo. Si él me hubiera puesta una nota siempre me hubiera quedado la duda. Nunca quise, ni quiero, coronitas.
¿Discutías con Borges asuntos asuntos fundamentales?
Por supuesto. Teníamos conversaciones muy interesantes, y la base de todo, fue una enorme apertura, una enorme sinceridad y un enorme respeto. El respeto a las ideas del otro. Yo empiezo a estudiar con Borges a los dieciséis años, y a esa edad uno cree que sabe todo. Él hacía esto: me recitaba un verso, por ejemplo, de Lugones, con los ojos cerrados, en éxtasis, y me preguntaba ¿qué le parece?. Yo le contestaba horrible. Él me respondía ¿cómo me dice esto, es de fulano de tal. Ahora no diría horrible, diría me parece, bueno… pero tenia dieciséis años, esa cosa fresca de la edad. Pasaron años, y un día se produce una escena en mi presencia de alguien que va a verlo y Borges recita, con los ojos cerrados, un poema que yo sabía que detestaba -de equis- Yo pensé, pero ¿qué es esto? Borges abre los ojos y le pregunta al visitante qué le ha parecido. Magnífico, dijo el otro. Borges asintió: Si, tiene razón. Cuando la persona se va, le digo: Borges, perdóneme, pero este poema a usted no le gustaba ¿y ahora sí? ¿Qué es esto? No, -me responde- es un test. ¿Cómo un test? le pregunto. Y él me aclara Así me doy cuenta cuando una persona es sincera o cuando es tonta. Si es sincera, me va a decir que esto es un horror, si es tonta u obsecuente, me va a decir que es espléndido. Así era Borges: genial. Recuerdo que entonces le pregunté si esto lo había hecho conmigo también. No, María, con usted era otra cosa. Borges, no me mienta Y terminamos riendo. En realidad esa era su forma de saber cómo era una persona. Yo le comenté que, tal vez, el otro dijera eso por cortesía. El consideraba que pudiera ser pero que uno siente cuando es por cortesía o hay otra cosa debajo
La ironía, el humor de Borges. (14)
Nosotros nos hemos divertido mucho. Cierto día, el Director del hotel de Ginebra donde siempre nos alojábamos, nos detiene una mañana mientras íbamos a desayunar y nos comenta que, como nos veían siempre riéndonos, nos habían bautizado la pareja feliz. Nosotros no percibíamos que la gente notara nuestra alegría porque vivíamos en nuestro mundo. El Director nos aclaró que así nos llamaban porque porque ustedes siempre rien. Cuando desayunan rien, si nos cruzamos por la calle los vemos riendo y cuando regresan a la noche tambien. Cuando estuvimos solos Borges me pregunta despues, ¿Qué nos quiso decir, que parecemos un poco tontos? (risas) Con Borges todo alegría. A veces, cuando alguien muere uno se consuela, digámoslo así, en pensar las cosas malas que el muerto nos ha hecho. Es, tal vez, una forma de mitigar el dolor: recordar los daños, es como un equilibro que se produce, entre el dolor y la crítica. Pero yo no tenía recuerdos desagradables con Borges, ni que una simple respuesta hiriente, nunca, ni en un tono incorrecto. Jamás.
Borges hubiera sido un excelente diplomático.
No se si diplomático, porque era muy directo a veces para decir las cosas. Lo que sí él tenía, es cierto, era una hipersensibilidad que le permitía incluso, detectar el ambiente cuando entraba a un lugar, el ambiente fisico. Aunque no hubiera gente. Era un ser muy curioso.
Un Borges que fue capaz de crear mundos y ficciones increíbles era al mismo tiempo, un hombre sencillo en los hábitos, la imagen de un abuelo con traje y corbata que uno podría encontrarse en el banco de una plaza dando de comer a las palomas o, por otra parte, utilizando otra imagen para enfatizar lo que decía Freud del valor extracorporal del yo.
En Borges no había un interés sobre eso.
¿Fue un hombre ético?
Si, y además consideraba que era el valor que habíamos perdido de algun modo.
Borges decía que Buenos Aires tambien había perdido mucho de eso, pero creo que la, más allá de esto, quería a esta ciudad.
Si la quería mucho..a pesar de todo.
La vida me ha llevado a veces a vivir momentos de mágicos cruzamientos. Estaba, precisamente en Suiza aquél catorce de junio del ochenta y seis y tuve la oportunidad de acercarme al féretro de Borges antes del funeral. Ahí, en ese cuarto, cubierto de silencio y emoción recordé el texto final de »El inmortal»: »Yo he sido Homero; en breve, seré Nadie, como Ulises, en breve, seré todos: estaré muerto«. Algo más de un año antes de su muerte, conversé con él en el departamento de la calle Maipú. En un momento de nuestro diálogo, se abrieron las líneas de ese cuento, y también aquéllos cuatro versos de un soneto de Lugones que nos gustaban a los dos: »Al promediar la tarde de aquél día,/ cuando iba mi habitual adiós a darte/una suave congoja de dejarte/me hizo comprender que te quería.» También reivindicamos aquella utopía paterna que hablaba de la desaparición de los estados, de los ejércitos, de las carnicerías. Luego recordamos su paso por Barcelona, su juventud en Palma de Mallorca, su aproximación a Cansino Assens…
Borges siempre fue generoso porque remite a otros autores, enseña a leer y él era también un lector extraordinario. Como lector tenía la sensibilidad de seleccionar y citar luego lo esencia. Se enorgullecía más de ser lector que de ser escritor. (15)
Sentir las vibraciones es patrimonio de los grandes hombres.
Yo tuve ese regalo de los dioses, aunque mi vida es complicada.
¿Qué más fue Borges?
Un genio y un ser adorable.
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(1) »¿Por qué no suponer que cada traducción es un borrador nuevo de la obra anterior… en cuanto a la poesía nadie duda que en el Antiguo Testamento y en los Evangelios hay admirable poesía y no todos nosotros conocemos el hebreo o el griego, es decir, creemos en las traducciones. La traducción es un género lícito, desde luego. Es un absurdo negarlo».
«Mis libros», diálogo con Jorge Cruz, diario La Nación, 28/4/1985
(2) »Cada idioma no sólo es intelectual, sino que corresponde a algo más importante: también corresponde a las emociones».
«Borges contra Borges», conferencia »El escritor y su tiempo«, transcripta por Martín Müller. Diario La Opinión, 9/5/1976
(3) »Me resultan insufribles hasta los cinco o seis años, después empiezo a aceptarlos».
Diario La Razón, 18/12/1984
(4)» La música en sí misma es tan ambigua que significa todas las cosas para todos los hombres. Confieso que no soy muy sensible para la música. Me gusta el canto de los griegos; el cante jondo de Andalucía; los blues, los negro spirituals y la modesta milonga sureña argentina. De la música alemana me estimula Brahms, pero cuando ponían música de Debussy no daban ganas de escribir. Con todo, siendo un intruso en la materia musical, le escribí un soneto a Brahms».
¿Cómo será la voz de Cristo?, Abel López Iturbe.
(5) «Gardel corresponde a la decadencia argentina. Porque Gardel corresponde, para mí, a la declinación del tango. A mí me gusta el tango milonga, y Gardel corresponde al tango canción. Lo inaugura. Gardel tiene una figura de malevo sentimental ya prefigurada en el «Martín Fierro». Porque «Martín Fierro» se queja continuamente. «Martín Fierro», que no tiene lástima de los demás, se tiene lástima.»
»Defectos y virtudes de los argentinos», entrevista de Alfredo Serra, revista Gente, 13/11/1975
(6) «Una cosa que aprecio y agradezco y de la que soy del todo incapaz». «Diálogos» con Jorge Luis Borges, Néstor Montenegro, Ed. Nemont Ediciones, 89 Págs. Buenos Aires, 1983.
(7)» …el francés que aprendí en Ginebra tenía quince años- y el latín. Las otras materias podían descuidarse, no importaban. Pero desgraciadamente mi francés es falible y mi latín…»
Capítulo, «La historia de la literatura argentina», Nro. 137, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1982
(8) He escrito mucho sobre Dios, inclusive he escrito una demostración casi humorística sobre su existencia, pero al fin de cuentas no sé si creo en Dios. Creo que algo, no nosotros, está detrás de las cosas. Pero respecto a Dios… tengo miedo de creer en Dios porque los humanos siempre creemos en Dios más por autocompasión que por otra cosa. Es horrible, vergonzoso, que la lástima por nosotros mismos y por los demás nos lleve a invocar a Dios. Prefiero decir como Shaw: «En vista de las circunstancias, he renunciado a las bondades del cielo«. Quizás el infierno es un sitio más digno. Cada vez que caemos en la tentación de creer en una divinidad deberíamos recordar a Santa Teresa: «No me mueve, mi Dios para quererte, el cielo que me tienes prometido…»
Diario La Opinión, entrevista de Ignacio Solares, 1976
(9) «Las cualidades de María Kodama son la inteligencia, la intuición, el don de la literatura».
Borges 1899-1986, edición especial, diario La Razón, 15/6/1986
(10) »Me dicen que la filosofía consiste en entender todas las cosas con claridad y precisión; yo la definiría más bien como una manera de ordenar las perplejidades esenciales de la especie humana. Un escritor imagina fábulas pero ignora su moraleja», entrevista, revista Status. Nro. 40, enero de 1981
(11)» Buda me interesa mucho y he escrito un librito sobre él. Su nombre significa despierto. Sin embargo, mi interés no es religioso en el sentido de un Dios personal y todopoderoso que juzgue. Hay algo en mí que se resiste, quizá podría ser cristiano, pero no católico, por lo que tiene de político y jerárquico. No sé si ser católico sólo tiene sentido religioso, también importa su sentido social.»
«La patria es un acto de fe», entrevista de Carlos Álvarez Insúa, revista Feelling, Nro 2, marzo de 1981
(12) »Soy demasiado perezoso como para escribir una. Además he pensado que en una novela siempre hay que poner demasiado relleno, de modo que antes de llegar al capítulo tercero estaría tan aburrido que no llegaría nunca a escribirla. Tengo también la impresión de que la novela es como una superstición de nuestro tiempo, como lo han sido en el pasado el drama en cinco actos o la epopeya. Es muy verosímil que la novela desaparezca, mientras que el cuento… No concibo una literatura sin cuento o sin poesía, mientras que la novela de cuatrocientas o quinientas páginas puede muy bien desaparecer.»
Borges, revista Adán, Nro. 15, 9/1967
(13) «Yo tomaba examen de un modo especial. Generalmente los estudiantes están muy nerviosos, suelen tomar Actemín, las mujeres lloran. Yo les decía: ante todo les prometo no hacerles una sola pregunta, les voy a invitar a hablar sobre el tema, ustedes discurran, yo escucho, no piensen que este examen es especialmente importante… Nunca olvido un examen que tomaba un profesor sobre literatura española contemporánea. El tema era la comedia Los intereses creados de Benavente, y el profesor preguntaba ¿qué sucede en la segunda escena del tercer acto? El mismo Benavente no hubiera sabido contestar. Yo me pregunto: ¿qué es ese terrorismo? Como eso de preguntar el año de la muerte de un escritor, que ni el mismo escritor conoce. Shakespeare no podía saber que moriría en 1616… »
Los 80 años de Borges, Alejandro Jockl, revista Salimos, agosto de 1979
(14) «Yo detesto los retruécanos, el humor con juegos de palabras a los que somos tan aficionados. Los juegos de palabra se basan en las casualidades de cada idioma. Me gustan las bromas en las que haya un error lógico. Me contaron una, referida a compadritos, que no sé si es cierta, pero al fin, ¿qué importa? Pasan por una esquina dos compadritos y se cruzan con dos mujeres feas. Uno de ellos dice groseramente: »Me gusta la del medio». La broma es buena, yo creo. Mi padre me contaba que en Entre Ríos cuando pasaba una mujer los gauchos decían para piropearla: «¡Qué vaina para mi facón!». Es un poco grosero, ¿no? En el cine me gustaba mucho Buster Keaton, pero Chaplin nunca me gustó. Los hermanos Marx empezaron siendo graciosos. Había un club y le propusieron ser miembro a Groucho Marx. ¿Cómo?, Dijo. ¿Yo ser miembro de un club que me admita como socio?»
»Nunca estuve más allá el bien y del mal«, entrevista de Carlos Ulanovsky, diario Clarín, 17/3/1985
(14) »La literatura es una vocación. Hay temas que nos llaman. Cuando escribo no sé si voy a publicar o no. Muchas veces envío originales a una revista o a un diario y me lo devuelven. No hay ninguna seguridad, de modo alguno. Los pintores, que son organizados, pueden ganar mucho, pero un escritor no. Pero tal vez sea mejor así, porque escribimos lo que corresponde a una necesidad íntima, y no para vender. Cuando se escribe no se piensa en el lector, porque puede que no haya ningún lector. Como decía Alfonso Reyes, nosotros publicamos apenas para no pasar toda la vida corrigiendo originales. Publicamos para quedar libres de ellos»
Entrevista a JLB, entrevista de Renato Modernell, revista Status Nro. 1 (Nueva Época) octubre de 1984